jueves, 9 de mayo de 2019

Cuento modernizado
Caperucita Roja



Había una vez… Bueno mejor dejémonos de tanto cuento y vayamos a lo importante. Como iba diciendo, María de las Caperucitas Rojas era una de las influencers más conocidas de España, colaboraba con muchas marcas y todas las niñas querían vestir como ellas, tener su cuerpo, su cara, su personalidad… En fin querían ser ella.

Una mañana soleada María de las Caperucitas Martínez Rojas estaba haciendo un shooting llamado LaMaryxZara, todo iba de maravilla hasta que su madre le dijo que mañana tendría que ir a visitar a su abuela, que estaba muy malita y tenía que ir a verla. A María no le gustaba mucho la idea, pero al menos podría visitar Italia, y hacerse fotos chulísimas y llamar a sus amigas para que se enterasen de donde estaba, así que al final no le parecía tan mal plan.

Al día siguiente, ya estaba en el aeropuerto con todo listo para irse, se despidió de su familia y amigos y se montó en el avión. Cuando llevaban 15 minutos, se escuchó un ruido muy fuerte, todo el avión empezó a gritar y apareció un hombre con un pasamontañas. Este amenazó con matar a todos y también dijo que tenía bombas y que no dudaría en activarlas si alguien no hacía caso. Media hora más tarde, una mujer que iba con dos niños pequeños dijo que si podía ir al baño y el secuestrador se volvió loco y le amenazó con la pistola. Y de un momento a otro como si de un espíritu se tratara, María se levantó y empezó a hablar con él. Al final le consiguió convencer y pudieron arrestarlo.

Cuando llegó a casa de su abuela, le contó lo sucedido y que se sentía diferente, como más madura. Gracias a lo ocurrido empezó a valorar las cosas,
se dio cuenta de que tenía que valorar mucho más las cosas no materiales como poder disfrutar tiempo con su abuela, su familia y sus amigos que al final eso es lo más importante.


                                                                  LUCÍA  3º B

UNA VICTORIA INESPERADA  (final alternativo de “La bella durmiente”)

En ese momento el príncipe miró hacia arriba. La malvada Maléfica se había convertido en un dragón; lo miró con sus vacíos ojos verdes y escupió fuego. Él lo esquivó como pudo y se acercó rápidamente a la dragona clavando la espada directa donde debía estar su corazón. Maléfica alzó el vuelo malherida: parecía intentar descansar un momento por la herida. El descomunal dragón se apoyó en la torre donde Aurora descansaba sin posibilidad de despertar, pero, una vez allí, la torre empezó a caer por el peso extra del dragón.

 Al príncipe se le encogió el corazón al ver aquello. La recia torre se desmoronaba como si fuera de arena y Maléfica trató de alzar el vuelo, pero las piedras rasgaron sus alas y la hicieron caer. El príncipe miró el montón de escombros sin creer lo que pasaba aún, había ganado pero… la princesa estaba muerta.

“¡No!” se dijo él acercándose a las ruinas cuando vio una blanquecina mano saliendo de los escombros “no,nononono” dijo el príncipe mientras desenterraba de los escombros el cuerpo muerto de la princesa “¡NOOOOOooo!”

Su grito de dolor se convirtió poco a poco en un suave sollozo. Algo de repente saco al príncipe de su tristeza: un pequeño ruido que no sabía por qué le ponía los pelos de punta. Entonces de las ruinas de la torre se alzó una oscura figura, Maléfica. Tenía el cuerpo lleno de heridas, uno de sus cuernos estaba roto y la coraza que llevaba por su estómago se rompía como cristales, sobre todo donde el príncipe había clavado su espada. Sus imponentes alas estaban hechas jirones  y de sus doloridas fauces salían llamas del tamaño de cinco hombres.

 El príncipe palideció pero no pasó mucho antes de que su miedo se convirtiera en furia, con un gesto rápido cogió su espada  y se preparó para la batalla. La bestia embistió hacia él agarrándolo con sus dientes, podría habérselo comido pero no lo hizo.  Ella le lanzó al suelo y el príncipe se levantó como pudo: había caído en una mala postura, su brazo ardía de dolor y su boca sangraba. Entonces la bestia le hizo mirarla:
-           - Dime, ¿te rendirías príncipe?
-        -   Preferiría arder en el infierno- dijo él lleno de furia.
-          -  De acuerdo entonces príncipe.

La dragona lo inmovilizó en el suelo antes de que él pudiera pensar, su sangre verde brillante caía en su piel quemándola y el príncipe no pudo evitar gritar de dolor. Maléfica arrastró una de sus garras por la piel del príncipe, con cuidado de no matarle abrió su pecho y escupió fuego en los restos agonizantes de él. Con una maquiavélica sonrisa se alejó del macabro escenario.

EVA, 3º A

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