viernes, 26 de octubre de 2018


El rostro

Aquella noche de verano algo me despertó .Un frío invadía toda mi habitación. Aún estaba en la cama y no tenía ganas de dormir, con los ojos como platos y sin saber el motivo del frío…Estamos en Julio y  es extraño.  No me pasaba desde que era pequeño, la pesadilla otra vez se comenzaba a repetir. Esa, la que me dejaba noches sin dormir para no volverla  a tener.
Siempre le tuve miedo a lo que estuviese fuera, en la ventana de mi antigua habitación, cuando vivía con mis padres. Tan solo era un árbol, pero por la noche, parecían manos que se acercaban a mi ventana. Siempre que tenía esa pesadilla, me despertaba a media noche y miraba a la ventana y veía ese rostro que no podía identificar y que luego se esfumaba. Pero sabía que era mentira, mis padres me convencieron de que era solo una pesadilla.
 A pesar de ello, me seguía atemorizando, y aún sigo pensando en lo mal que lo pasaba y esta, esta noche, era muy parecida a cuando vi a ese rostro en la ventana, me levanté, puse los pies sobre la alfombra, y miré hacia fuera . Vi ese rostro, aún más envejecido , como si todo este tiempo se estuviese marchitando y haciéndose viejo. El problema es que vivo en un noveno piso.




Anónimo 













Una sonriente sorpresa
Aquella noche de verano algo me despertó. Un frío invadía toda mi habitación. Cuando pensaba en volver a dormirme algo sonó en la planta de abajo. Hecho un manojo de nervios, bajé guiándome por el incesante sonido de golpes. Una vez abajo, me di cuenta de que venían de la puerta. Con más miedo que valor, me asomé por la ventana lo que vi me dejó paralizado: era un hombre intentando derribar la puerta. Llevaba una tétrica máscara de papel imitando una carita sonriente. Me miró y yo me alejé de la ventana aterrado. Llamé a la policía y ellos me dijeron que vendrían pronto. Yo respiraba con dificultad cuando hubo otro golpe. Me quedé helado. ¡La puerta de atrás! ¡No la  había cerrado! Grité mientras corría con lágrimas en los ojos. Sujeté la puerta con fuerza pero: ¿por qué no había más golpes? Pregunté en voz alta , entonces una horrible y calmada voz detrás de mí me respondió: Él ya estaba dentro.

                                                                Anónimo

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