Había una vez una chica con un anillo
de plata. La chica lo llevaba desde siempre, y ella tenía locura con su anillo, ya que decía que le daba
suerte.
Un día, mientras la chica caminaba hacia el instituto, buscaba algo
en su mochila. Sacó su cartera, su estuche
y removió todos los rincones de la mochila, pero nada. Cuando la chica llegó a
su casa, y se sentó en la mesa para comer,
su hermano mayor la notó muy preocupada.
- ¿Qué te pasa? ¿Te has peleado con tus amigos? -La chica miraba por
la ventana, al árbol de su jardín, sin
prestarle atención. - ¡Eva!
Eva le miró y negó con la cabeza.
-He perdido mi anillo-. Su hermano se sorprendió ya que ella nunca se
separaba de su anillo.
Eva rebuscó por toda su casa: en el sofá, en su habitación, en la
jaula de su tortuga...¡Incluso en su
caja con tizas, al lado de su pequeña pizarra!
Al día siguiente, cuando llegó al instituto, se lo contó a sus amigos
para que le ayudaran a buscarlo. Entonces, su mejor amiga encontró su anillo.
Eva le dio un beso en la
mejilla y ambas salieron del instituto.
Eva estaba tan feliz, que ni se molestó cuando un pájaro
se le cagó en el esternocleidomastoideo.
Carmen . 3B
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