Érase
una vez un niño llamado Nico que un día le regaló un anillo
a su novia Eva. Ella se puso tan
contenta que, con la locura y el
nerviosismo del momento, lo metió en un estuche
y lo perdió.
Cuando
se fueron a comer, lo encontraron bajo el fregadero. Luego
se
pusieron a tomar el sol bajo un árbol y
se encontraron una tortuga con una
patita rota. Entonces decidieron curarla y Eva no paraba de darle
besos. Así que Eva y Nico se llevaron a
la tortuga al veterinario
después
de salir del instituto y allí les
dijeron que la tortuga tenía roto el esternocleidomastoideo.
JUAN 3B
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