El
anillo: la misión.
Érase
una vez un anillo que tenía un rubí
rojo que
brillaba mucho.
Pensaba
que era una locura mía, pero no, estaba
justo
allí rodeados de púas.
Lo
intenté coger con el estuche pero no
llegaba muy
bien. Tras muchos intentos lo conseguí coger y
lle
vármelo. Después nos fuimos los que lo habíamos
planeado, a
comer y a despejarnos.
El
diamante era más duro que un árbol. Eva
que era mi
espía que corría como una tortuga
pero pensaba como
nadie, seguía con su plan. Este lo habíamos
dibujado en
la pizarra y, como iba bien,
una de las espías de la
emoción me daba muchos besos
en la cara.
Me
desperté y mi madre me dijo que tenía que ir al
instituto.
Al llegar me encontré con una amiga que tenía
un nido de pájaros
por pelos. En la clase de biología
dimos el esternocleidomastoideo
y me sonaba muy raro
. Al final ni hubo misión, ni era épico.
Sólo
era un sueño.
DANI , 3ºA
DANI , 3ºA
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