MI MANTITA,
POR ALFONSO, 3º B
Todavía y,
después de tanto tiempo, me acuerdo de mi mantita. Siempre estaba con ella:
para dormir, comer, salir a la calle… era mi amiga inerte.
Me
abrigaba, me acompañaba, me hacía reír, me apoyaba aunque no fuera un ser vivo;
para mí, era mi mantita, mi amiga.
Después de tanto
tiempo y mudanzas, perdí mi mantita por el simple despiste de la inocencia de
un niño. Pero, pasado el tiempo, la sigo queriendo y echando de menos porque, a
pesar de todo, era mi mantita.
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