En Capitanía, un destino militar de la actualidad, pasaron historias terribles que hoy en día siguen pasando. La historia que voy a contar fue vivida por mi madre. Un día a ella le tocó estar de guardia. Entonces se quedó vigilando la puerta hasta escuchar un extraño ruido, y, a partir de escucharlo dos o tres veces de más, se fue acercando sigilosamente. De pronto el piano también se escuchaba sin más, una cruz en la pared se empezó a mover de un lado a otro y se empezó a asustar. Fue a la cocina a comer y a intentar olvidar las cosas raras que estaba percibiendo porque pensaba que podía ser su imaginación, pero no le dio tiempo a abrir el frigorífico y se le cayó una de las grandes antiguas lámparas a su lado. Según ella, vino un milagro o un ángel o su abuelo y la protegió y quedó ella en el centro y la rodearon miles de cristales. Por eso siempre me dice que siempre a mí también me protegerá un ángel.
AITANA, 1º A
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