jueves, 4 de abril de 2019


Historia ambientada en verano


Mi familia y yo íbamos a ir a la playa. Era septiembre e iba a ser la última vez que íbamos a ir a la playa en el año.
Antes de salir de mi casa, mi madre cogió la bolsa con todas las cosas y las llaves de mi casa de un cuenco donde todavía había polvorones de navidad.
De camino a la playa entramos en una papelería para comprar bolígrafos y un diccionario  porque faltaba poco para empezar el curso.
Cuando llegamos, mi madre puso en la arena las toallas y mi padre puso la sombrilla, que era del tamaño de una jirafa.
Como era tarde, comimos, y mi madre sacó de la bolsa garbanzos y unas patatas de jamón. Yo comí mas patatas que garbanzos.
Después de varias horas, nos tuvimos que ir, y para tener un recuerdo del día, nos hicimos un selfie todo el mundo.



HISTORIA DE NAVIDAD

Era Nochebuena y quedaba poco para que terminase el año. Mis padres y yo estábamos listos para ir a casa de mi abuela a comer con toda la familia, y mi padre cogió un polvorón antes de irnos porque decía que ya tenía hambre.
Cuando llegamos a casa de mi abuela, estaba en la cocina haciendo cordero y mi abuelo estaba en el sofá haciendo un crucigrama con su bolígrafo favorito y, de vez en cuando, se levantaba del sofá a buscar un diccionario porque no sabía el significado de alguna palabra. Mi abuela vino y puso patatas para picotear, y mi hermana quiso hacerse un selfie todos juntos.
Después de un rato, mis abuelos pusieron muchas cosas en la mesa: jamón, queso, aceitunas, gambas... Y también puso garbanzos, algo que nadie cogió porque no tenían ganas de comer garbanzos por la noche.
Mi tío encendió la televisión, y como no había nada, dejó un documental sobre jirafas, pero mi abuela lo quitó y puso el concierto de Navidad.
Todos estuvimos comiendo felizmente y pasamos toda la noche ahí. Después, cada uno volvió a su casa.


                                                                          ISRAEL, 3º A

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